Si algo he de confesar, es que, a pesar del final, fui feliz de haber podido soñar un futuro distinto del que me ha de llegar....
Archive for septiembre 2013
Una vez más
Una semana de sueños perdidos.
Una semana de realidades distantes.
Una semana de pesares y alegrías
Lágrimas y risas.
La primera de muchas
Final
Imagen obtenida de aquí |
El aludido le miró directamente a los ojos y mantuvo la mirada unos segundos. Se volvió para ver el entorno que le rodeaba y sin más, una lágrima resbaló por su mejilla.
-Alguna vez -comenzó a decir- pensé en rendirme, en arrojar la toalla, en un "no más". Estaba cansado. Tenía miedo. Aún hoy lo tengo y sé que nunca se irá. El miedo está siempre, en distintas formas. Pero en un momento comprendí. ¿Cansado de qué?, me pregunté. ¿De vivir? ¿de disfrutar? No, nunca estuve cansado. Solo buscaba excusas para no hacer lo que sabía que tenía que hacer. Quería rendirme sin intentar nada. Sin siquiera esforzarme. Tengo que seguir creciendo, lo tengo claro. Tengo que seguir aprendiendo muchas cosas más y maravillándome de tantas otras. Y en ese proceso, mi alma y mi ser evolucionarán. Volví a cambiar. Y no será la última vez.
Las palabras siguieron resonando unos segundos antes de apagarse. Una sonrisa se esbozó, a un mismo tiempo, en ambos.
Al fin me haces sentir orgulloso de mi mismo.
Fue la última vez que lo volvió a ver.
Afecto~
Intentas llenar esos vacíos con palabras, con abrazos y cariños.
Pero no lo logras. Porque sabes que no son esos los que necesitas...
Pasos
Hablaba de felicidad,
de vida y de muerte.
De la trascendencia del ser,
de la importancia de existir.
Exponía ideas sobre como llegar a los demás,
pero nunca logró tocar el corazón de nadie.
Era afecto y cariño, quizás excesivo,
para quienes su mundo formaban.
Era tristeza y ensimismamiento, en mayor medida,
cuando se encontraba en la soledad de su día a día.
Nunca se quejó.
Entendía el afán de la gente de sentirse querida.
No lo compartía.
Sabía que era fuerte, mas no de una manera tradicional.
Físicamente dejaba mucho que desear,
con su cuerpo desvaído.
Y aún así poseía una fuerza que pocos tenían.
Podía ver los caminos que a su vista se mostraban.
Los conocía bien.
La continuación de aquellos que ya había recorrido;
O los senderos por los que nunca había pasado.
Se tomó su tiempo.
Como siempre que decidía que hacer
Los miró uno a uno, como tanteándolos.
Buscando lo bueno y lo malo en cada uno de ellos.
No es que las cosas hubieran mejorado con uno u otro.
La vida le había negado el poder de conocer su futuro.
Simplemente necesitaba sentirse bien con su propia elección.
Mal que mal, era su vida la que estaba en juego.
Cuando tomó su decisión, se dirigió cansinamente hacía su camino.
Lo observó largo rato, y pudo ver el sendero ya frecuentado.
Y vio las huellas que habían, por el, transitado.
Miró, también, el camino indemne de sus pasos.
Observó las vueltas que habían acontecido,
Advirtió las que todavía le faltaba por marchar.
Dio un suave y largo suspiro para sus adentros.
Agarro sus cosas.
Y echó a andar.
de vida y de muerte.
De la trascendencia del ser,
de la importancia de existir.
Exponía ideas sobre como llegar a los demás,
pero nunca logró tocar el corazón de nadie.
Era afecto y cariño, quizás excesivo,
para quienes su mundo formaban.
Era tristeza y ensimismamiento, en mayor medida,
cuando se encontraba en la soledad de su día a día.
Nunca se quejó.
Entendía el afán de la gente de sentirse querida.
No lo compartía.
Sabía que era fuerte, mas no de una manera tradicional.
Físicamente dejaba mucho que desear,
con su cuerpo desvaído.
Y aún así poseía una fuerza que pocos tenían.
Podía ver los caminos que a su vista se mostraban.
Los conocía bien.
La continuación de aquellos que ya había recorrido;
O los senderos por los que nunca había pasado.
Se tomó su tiempo.
Como siempre que decidía que hacer
Los miró uno a uno, como tanteándolos.
Buscando lo bueno y lo malo en cada uno de ellos.
No es que las cosas hubieran mejorado con uno u otro.
La vida le había negado el poder de conocer su futuro.
Simplemente necesitaba sentirse bien con su propia elección.
Mal que mal, era su vida la que estaba en juego.
Cuando tomó su decisión, se dirigió cansinamente hacía su camino.
Lo observó largo rato, y pudo ver el sendero ya frecuentado.
Y vio las huellas que habían, por el, transitado.
Miró, también, el camino indemne de sus pasos.
Observó las vueltas que habían acontecido,
Advirtió las que todavía le faltaba por marchar.
Dio un suave y largo suspiro para sus adentros.
Agarro sus cosas.
Y echó a andar.
Deseo
Quiero abrazarte y decirte al oído cuanto he llegado a necesitarte, a desearte. Embriagarme en tu aroma. En tus besos y caricias alcanzar el éxtasis. Una mirada tuya y a susurros contenidos, lastimeros, sufridos y entrecortados entonar el capricho de un amor inesperado.
Con mis manos recorrer la tersura de tu piel y arrancar de tu garganta el sonido acompasado de una respiración pesada, de una voz queda; de unos labios que se niegan a silenciarse, de unas manos que se aferran a los inertes testigos de un placer efímero.
Ritmos acompasados de deseo profundo, de reconocimiento y de amor impertérrito. Almas complementadas en la pasión de un instante eterno, de unos gritos mudos, de unas caricias etéreas. En un ahora que vuelve a ser real. En un nosotros que nuevamente llega a su fin. En un entonces que de seguro volverá.