Reinicio

Cuando me dí, mentalmente, la tarea de escribir esto, no sabía que resultaría. Perdón por lo poco, siento que falta como para escribir algo mejor. Pero no significa que sea menos importante o no. Simplemente quiere decir que hace falta vivir más momentos.
Solo quiero desearte, el mejor cumpleaños de todos los que has tenido. Tú sabes que es lo que deseo. Incluso si...

¡Te quiero!

* * * * *

Corría la noche helada,
 nuevamente.

El aburrimiento hacía parte de mi esencia
Arraigándose en mi cuerpo,
en mi mirada, en todo mi ser.

Pasos, que creía ya olvidados,
regresaron en todo su esplendor;
trayendo, con ellos,
recuerdos de pasados distantes,
de alegrías danzantes.

¿Qué esperar?
Cuestionaba mi mente.
¿Para qué, aquel ya antiguo transitar?
Se interrogaba mi ser.

Las imágenes mentales iban y venían
y a su paso solo más dudas dejaban.

Uno.
Dos.
Tres.

Treinta,
O cuarenta,
o cien.

No logro recordar a cuantos vi transitar.
Recuerdo mis dudas y preguntas.
Más no las palabras intercambiadas.

~ ~ ~

En parte no lo quería.
Odiaba aquel lugar.

[¡Para que volviste!]

Más preguntas,
Más dudas.
Más palabras.

[¡No deberías estar aquí!]

¿Qué hago?
[¡Arranca!]
¿Porqué no dejo de recordar?
[¡Asúmelo, jamás olvidarás!]

~ ~ ~

Y mientras las ideas hacían de las suyas,
en un cuerpo y mente heridos, debilitados;
aquel nombre imposible hizo su aparición.

En un inicio,
frío, monótono, distante.
Luego cálido, afectuoso y divertido.

Y una vez más las dudas volvían a aflorar.
[¡No es lo que debes hacer¡]
¿Acaso el sacrificio era la única vía?
[¡Tú no tienes derecho a disfrutar!]

~ ~ ~

¿Recuerdas?

(Una sonrisa,
una voz coqueta,
una mirada cómplice.)

[¡No debes seguir!]

¿Lo sientes?

(Una palabra ,
el afecto,
la necesidad.)

[¡Aléjate, no es para ti!]

~ ~ ~

Y por último la decisión.

(¡Ya sé!, te quiero.)

Esa sensación de deseo.
(El sonido relajante de tu voz)
Esa necesidad de tu abrazo
(¡Cerca! ¡Solo cerca!)

Y en mis pensamientos vuelve tu nombre,
tu recuerdo,
tú.

¡Sonríe para mi!
(La belleza de una sonrisa encantadora)
¡Susurra mi nombre una y mil veces!
(Porque el sonido de tu voz es como mi droga)

Y por último,
¡sé feliz!

(Y disfruta el día a día a mi lado.
Incluso si no estamos juntos en este momento)

Estrella Fugaz

Fuente: Aquí

Fuiste como una estrella fugaz...

Te apareciste silenciosa, sigilosa.
Brillaste en el cielo con una luminosidad única
Intensificando la luz de la noche y del día de una manera nunca antes vista
Y luego, de un día para otro, todo ello desapareció.

Desintegrado por la velocidad y el brillo exuberante.
Y quedaste en mi retina ya acostumbrada a tu transitar.
Hasta que mi vista se acostumbró a tu ausencia.
Y pude vislumbrar el mundo tal cual eran antes de tu aparecer.

I : El bar de los recuerdos

Te conocí de la misma forma que suelo conocer a la gente importante que entra en mi vida. Algunos le llaman "casualidad".

Pero a diferencia de todos ellos, esto fue corto y largo a la vez. Tan dulce como amargo. Tan grato como desagradable. Una dualidad que no dejó nunca de vivirse, experimentarse e integrarse en tu persona. En nuestra interacción.

Y así como llegaste, desapareciste.
Dejando tu aroma, tus voces. Como también nuestros momentos, nuestros recuerdos.
Casi como esperando que todo aquello fuera olvidado, eliminado, de un día para otro; cual papel que, tras ser arrugado, es arrojado al tacho de la basura.

Te informo que no fue así.

Incluso ahora, pasados 13 años, mantengo en aquel cajón, las cartas que me enviaste, los recuerdos de tu persona, el aroma de tu piel, el sabor de tus besos, la calidez de tu piel.

Soy un iluso, no lo niego.

Iluso porque, después de 13 años, aún deseo que regreses y escucharte decir "llegué", como tantas otras veces antes.
Iluso porque, incluso habiendo rearmado mi vida tras tu partida, nunca te dignaste a salir de mi ser.
Iluso porque, incluso ahora, lloro al recordar todo lo que me dijiste en su momento con la esperanza de que siga siendo verdad.

Pero incluso así, no puedo evitar pensar que te fuiste con otro. Que los hijos que de seguro ahora tienes, y antes nunca deseaste tener, son los hijos de otro. Que tus besos y caricias ya no me pertenecen.

Y tras ello, regreso a este estado de pseudo-lucidez que logré armar dentro del desastre que me supuso tu partida.

Porque con ella, no fuiste capaz de dejar todo atrás.

Te llevaste mis sueños y fantasías.
Metas y objetivos.
Incluso mi sonrisa y mi ánimo partieron junto a ti.


Miro al barman y con una seña, le indico que llene la copa otra vez. Whisky. En tu memoria. Siempre te gustó. Yo lo comencé a tomar una vez que te fuiste. Le agarre el gusto, no sé porqué. El hombre me conoce y sabe como prepararlo. Una vez servido, me lo llevo a la boca y tomo un nuevo primer sorbo lento y largo. Está como me gusta. No por nada el hombre lleva viéndome todos los sábados de los últimos 13 años. Tengo un problema con esos días. Quizás tenga que ver con que tu partida ocurrió un día de aquellos.

El barman me vuelve a dejar solo. Sabe que aún me faltan por tomar dos copas más. Siempre eran cuatro, ¿no? Todavía recordamos la primera vez que me aparecí en el bar. Acababas de irte y yo había entrado mudo, casi en estado de shock. Tras muchas preguntas de todos, y mi insistencia en mantener silencio, me dejaron tranquilo y yo me terminé de dirigir a la barra. El barman me miró, y yo con una seña, le indique que me sirviera una copa. La única palabra que salió de mi boca esa noche fue "whisky". Lo siguiente que salió fue el vomito por culpa de la falta de costumbre. Afortunadamente aguanté hasta tomarme el último. Mucho más no recuerdo de esa noche. Ni de varias otras que le siguieron.

Deposito la copa en la barra y, tomándola con las dos manos, me quedo observando su contenido. La puerta del local se abre nuevamente y entra una mujer seguida de atrás por su marido. Muchas veces me imagine que llegabas al bar, como en aquellas películas que te encantaban, preguntando por mi. Sueños infantiles.

*****

El hombre volvió a tomar la copa y continuó hasta apurar la última. Se le notaba retraído, pensativo. Casi parecía que, al mundo en general, no le daba ninguna importancia. Tras una breve conversación con el barman, se levantó y salió del bar

Fuente Imagen: Aquí

Admiración

Resultabas ser admirable.
Por tu fortaleza en el infierno del pesar.
Por tu fuerza al buscar conseguir tus metas.
Por el valor al enfrentar tus temores una y otra vez.

Quizás, en parte, fuera simple terquedad;
y creo que no estaría muy errado.
Quizás, también, fuera un poco de ensoñación;
y es posible que, en la cantidad, corto quede.

Un alma destructiva en su mayoría;
cuya fuerza encontraba en vagas esperanzas,
en sueños e ilusiones de infancia.

Reconstruyendo su vida entera,
en el latir de la existencia,
en el danzar de los sentidos,
en el palpar de los logros conseguidos.

Cambia en el proceso su vida,
sus vidas,
vuestras vidas.

Con la ilusión de hacer que todo sea mejor.
En el error de creer que todo será mejor.
En la convicción de que aquello que es importante,

                                                                    mejorará.