Instantes de Reflexión

Un par de días atrás, tras un caluroso y movido día, esperaba el metro para volver a casa. Había cambiado recién de línea y esperaba a que llegara el tren.

Tengo la costumbre de caminar harto, aún cuando esté cansado y con las piernas adoloridas por tanta caminata, así que me dirigí hacia el inicio del anden, aprovechando que este se encontraba vacio y habían asientos disponibles.

Era la hora en que muchos pingüinos (escolares) salían de clases y, por tanto, se encontraban ahí, esperando el tren. Pero a diferencia de los usuales gritos de los niños, solo estaba el sonido de los autos que circulaban por las calles aledañas y del resto de la gente que conversaba en aquel lugar.

No pude despegar la vista de la animada conversación de los niños, sin dejar de preguntarme a cada instante "¿de qué hablarán?". Sentía curiosidad. No tanto por saber el tema de conversación (probablemente algo relacionado a las clases recién terminadas). Mi mente se había ido por otro lado. Quería saber que hablaban, porque me sentí aislado de ese grupo.

En eso, un caballero se acercó al grupo y, tocando el hombro de uno de los chicos, le pidio permiso para pasar. El niño se movio a un lado. Probablemente por el contacto de la mano del caballero en conjunto con el aviso de sus amigos para que se hiciera a un lado. Y mi mente se vio aún más impulsada por lo que había estado pensando momentos antes.

¿Cómo podía aquel niño escuchar su "permiso"? ¿Y donde está la, tan en boga, integración?

Tanto se ha hablado este último tiempo de "calidad de educación", de "igualdad de derechos", de "integración", pero nadie se pone en los zapatos de esos niños. Y no solo los niños. Solo existe la igualdad, la calidad o la integración, cuando eso implica un beneficio personal. Tanto se habla de "enseñar ingles" como se omite el "enseñar el lenguaje de señas".

¿Dónde queda, entonces, la educación integral? ¿La enseñanza inclusiva? ¿Quién mierda se preocupa por que esos niños puedan comunicarse con todos por igual sin necesidad de alguien que les traduzca para poder comunicarse en sus propias tierras? Son extranjeros en su propio país. Y nadie dice nada.

Quizás, si el silencio gritara. Las cosas serían distintas.