Es cierto. Sólo había sido imaginación. Pero aún así, siempre se dice que la realidad supera a la ficción. Y cuando por fin pude ver la apariencia final, no pude hacer nada más que callar y mirar. Un vestido hermoso con una caída y un corte perfecto para su cuerpo. Un maquillaje que destacaba aquellos ojos alegres y una mirada coqueta que no podía sino indicar la felicidad de quien así vestía.
Cierto. No pude pensar nada. Al rato, lo primero que pasó por mi cabeza fue simplemente un "maravillosa" -con una velocidad digna de perder contra el paso firme de un caracol en carrera- y trás aquella palabra, comencé a conectar nuevamente las ideas. Es cierto. La realidad superó con creces mi capacidad de imaginación, pero no me molesta. Si no hubiera sido así, jamás me habría sorprendido. Y ha sido la mejor sorpresa de el último tiempo. Con creces.