Descargos...

¡Silencio!- dijo la noche entumecida, con su frio inherente.- ¡es suficiente!. Existo para que ustedes duerman y descansen, se repongan de un día agitado y agotador. No alteren mi tranquila presencia, que solo daño a uds mismos se harán- y así como llegó, desaparecio.

El día había vuelto a dominar la escena.

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