Texto 74 (Cosas del pasado...)

Algo que no recuerdo haber escrito... supongo que será mio... si no... pido las disculpas del caso... aún así... me gustó...


Y esque como un ángel caído en la eterna primavera, que se rompe con un flameo del sol, he añorado un beso tuyo así como la primavera añora la belleza del otoño... inalcanzable, ahí es la diferencia. Creo que nosotros siendo el complemento nos hemos logrado porfin juntar tal y como queriamos. O es que... ¿no lo sentiste? ¿ Acaso no te diste cuenta de que mis ojos te repetian que te amaban con cada mirada ? Asesino... hemos roto nuestras almas tan delicadamente, como una daga que corta a una suave y brillante mariposa... tan inocente, no tenía la culpa... tan afortunada, se dio cuenta del gozo.

Pasa el tiempo, el cual, todo lo rompe... y silencioso... sonríe el mal...

Porque ahora tú no estás... no me queda nada que hacer... solo contar cada uno de los veinticuatro claveles que se quebrarán antes de revivir... para morir denuevo en un poco de tiempo... y solo quedar con la esperanza. Dicen... que es lo último que se pierde...

9 de Septiembre de 2009

Texto 71

Tanto y tan poco tiempo a la vez...

El final del principio... es hoy, en la fecha predeterminada...

El inexorable destino nos vuelve a separar, y nos transporta a un futuro incierto, donde nuestros deseos no poseen la forma definida del ahora. Un ahora que llega a su fin.

Tras aquellas manos que en algún momento se entrelazaron para fundirse en uno, quedan las llaves del amor y la esperanza, destinadas a abrir las cerraduras de un futuro encadenado al pasado heredado.

Aquel amor capaz de juntarnos...

Aquella esperanza capaz de reunirnos...

Después de que tu marca, que me fue grabada por el fuego de nuestra pasión, cicatrice... para no esfumarse nunca más...

18 de Abril de 2009

Mentiras

Había tenido la vida que el y sólo el había deseado.

Y por su personalidad, no podía ser de otra forma.

Se había dedicado toda su vida a mentir.

Desde niño, mintió sobre el trabajo de sus padres, por vergüenza.

Ya en la juventud, mintió sobre su origen, por desprecio. Mintió sobre su pasado, por deseo. Mintió sobre su edad, por lujuria.

Y cuando adulto, mintió sobre sus conocimientos, por pretencioso. Mintió sobre la belleza, por cínico; y mintió sobre la verdad unicamente por placer.

Estaba llegando a los cuarenta años, y había hecho todo lo que había deseado. Y a pesar de ello, estaba triste. Más triste que cualquiera de las personas que había conocido. Más triste que todos aquellos a quienes les había mentido e insultado en innumerables ocasiones, por sentir que su miedo a ser libres y vivir como desearan, los hacía personas falsas.

Y es que por vivir la vida que había deseado, y aun cuando tan solo estaba llegando a los cuarenta años, se había quedado solo, por culpa de las mentiras.

Y fue en ese momento que pensó por fin, que quizás el miedo de el resto, solo se debía al miedo a quedarse solos.

Le había costado casi cuarenta años aprender una cosa básica. Y ya parecía ser demasiado tarde.

Texto 70 (Conjunción)

De fondo la música, con palabras irreconocibles para mi, pero que expresan más de lo que puedo comprender.

Lentamente mis pensamientos, que vagaban a su antojo, comienzan a tomar forma, se mueven al unisono, marcando el camino que mis pasos, y por ende, mis palabras, han de seguir.

Puedo observar a mi Madre mirándome bajo el cielo estrellado, y siento su cercanía, casi palpándola con mis propias manos. El aire parece fundirse lentamente, con el ambiente circundante, pasando a ser solo uno con la tierra, con el mar.

A medida que el crepúsculo llega, esa unión parece afianzarse más y más.

Maravillado, me tiendo en el pasto que me rodea, observando en silencio la llegada de la noche. La conjunción de todos esos seres individuales.

A medida que el día da paso a la noche, y los sonidos mundanos comienzan a calmarse, escucho reverberar con mas fuerza el sonido de la propia naturaleza, permitiéndome sentir de fondo el rugir de las olas, el ulular del viento, el gemir del suelo.

Alguien se detiene a mi lado, y se sienta, sin articular palabra, me permito cerrar los ojos, y siento mi respiración calmada, uniéndose al ambiente. Los abro nuevamente, y miro a la muchacha que sentada a mi lado está, dedicándole una cálida sonrisa.

La chica se levanta, y se coloca al frente mio, de espaldas, para luego sentarse nuevamente y recostarse en mi. Instintivamente, rodeo su cuerpo con mis brazos, y apoyo mi cabeza en su hombro.

Vuelvo a cerrar mis ojos, y noto como su respiración y la mía, se hacen eco de aquello que nos rodea, acompasándose hasta parecer uno solo.

"¿Sientes como todos somos uno?" le oigo murmurar a la muchacha, y asiento con tan solo un leve movimiento de mi cabeza.

Así, sin el más mínimo movimiento de nosotros, seguimos observando el lento paso del tiempo, a medida que el crepúsculo llega a su fin inevitable, rodeados de todo y nada a la vez.

10 de Enero de 2009

Besos




Esperabamos en el paradero a que llegara el fin de nuestro día.

Estaba nerviosa, intentando disfrutar esos últimos momentos antes de que partieras. Y se me hacía dificil no pensar en lo que te extrañaría una vez que regresaras a tu casa. Y también sabía que mañana te volvería a ver, pero que aún así se me haría una larga espera.

Veo el microbus a lo lejos y se me revuelve el estomago.

Te sujeto de la mano de manera tierna, intentando que no te des cuenta de que no quiero que te vayas, pero como siempre, sé que ya lo notaste.

Extiendo mi brazo para detener al bus, y mientras llega, tomo tu rostro entre mis manos y ante las miradas reprobadoras de todos cuantos nos rodean, cierro mis ojos y uno tus labios a los mios, tierna y cariñosamente. Un beso corto, pero que necesito de ti día a día.

Abro los ojos y te miro, y con una suave sonrisa, te susurro "nos vemos mañana mi niña". Y te veo partir una vez más, lejos de mi.



pd: recomiendo leer el texto con la canción sonando... por lo menos así fue como la escribí...
pd2: texto dedicado a todas aquellas personas que estan en mi vida, que se sienten atraidas por alguien de su mismo sexo (aún cuando los personas son femeninos, lo trate de pensar como algo más general... pero lo dejé así debido a lo que me motivó redactar este pequeño escrito)

El Placer de la Vida

Era un día como cualquiera.

A pesar de su andar monótono, estaba ansioso. Deseoso de que el tiempo avanzara y me mostrara lo que me tenía reservado para ese día, para que me indicara aquello que había estado buscando.

Dicen que las cosas ocurren sin que uno las llame, pero en ocasiones también hay que ayudar a provocarlas. Una palabra, una pregunta, tan sólo una mirada, bastan para marcar la diferencia cuando se necesita.

Aquel día había sido igual que todos los días anteriores. No tenía nada realmente especial, realmente relevante que hubiera sido digno de mención. Pero las cosas suceden sin que se las espere. He ahí la gracia de la vida. Las más grandes alegrías vienen de esas sorpresas que nos puede brindar el día a día.

Y es que hasta el momento antes, no hacía más que lamentar el hecho de que tantas cosas hubieran ocurrido y no me hubieran afectado de manera alguna. ¿Acaso podemos controlar nuestro humor a voluntad, o es nuestro humor quien nos controla a nosotros? No lo sé.

Como sea, fue en aquel instante, en aquel lugar; en un espacio que no nos correspondía y en el que las personas se abarrotaban como animales, en donde pude apreciar algo que realmente me afectó, y que sin duda no dejará de afectarme nunca más. Y es que cuando ves ello, una sonrisa dada desde el fondo de tu alma, en la que pones toda tu vida y tu esencia encima, cuando tus ojos se iluminan al tiempo que tus labios dibujan la curva que representa un rostro sonriente y lleno de vida, no puedes hacer nada más que maravillarte, y de darte cuenta que lo único necesario para disfrutar de la vida, es ver aquellos sublimes detalles, que para la mayoría son insignificantes, pero que esconden un sentido más profundo e importante que casi todo cuanto existe.

A esto le llamo el placer de disfrutar de la vida.

Espera

En realidad, tengo pocos cuentos no numerados... y es que eso me ocurre cuando me desordeno escribiendo (en algún lugar que no sea mi libreta~)... pero lo prefiero así... jeje...

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Y llegué a la estación. El día nublado. A pesar de ello, el aire era tibio, como si quisiera ponerse a llover prontamente, pero reteniendose a si mismo, para darme el tiempo de estar contigo.

Salgo.

Subo las escaleras en dirección a ti. Miro el reloj. Tarde. Hace media hora que tuve que haber llegado, pero siento que todavia estas ahí. Esperandome. Llego afuera, y empiezo a recorrer el lugar con la vista, al tiempo que mis pies toman el camino que creen más probable.

Te veo.

Estas mirando hacia donde yo debería estar y llego a abrazarte por la espalda. Te asustas, porque no lograste verme antes, pero, como antes, sabía que eso ocurriría.

Te mantienes igual.

Pero al mismo tiempo has cambiado mucho.

Volvemos a conversar y vuelvo a ser tu apoyo como tiempo atras.


28 de Agosto de 2008