Paraíso

- ¿Recuerdas esa vista?

- ¡Claro!, pero ya hace mucho que no la observaba una vez más. Es hermosa, pero el tiempo la ha distorsionado y no es ni la mitad de lo que en mi recuerdo permanece.

- Eso es normal, no te preocupes.

- ¿Porqué lo dices?

- Al final, en la vida solo mantenemos en la memoria las cosas bellas, porque nos dan la fuerza para superar lo malo. Este lugar con su vista maravillosa, se mantiene en la retina de tu mente y tu corazón, como un grato recuerdo...

- Deja de hablar así. Sabes que me molesta cuando te pones tan técnica.

- Jaja, lo siento. Se me había olvidado eso.

- Está bien. Ven y dejame abrazarte. Y mientras observamos las maravillas de este lugar, permiteme perderme en tus abrazos y besos, y hacer de este momento, un precioso recuerdo para el futuro.

- No pierdes ocasión, ¿eh? - mientras le sonreía pícaramente

- No es que te moleste tampoco.

Los abrazos comenzaron a entremezclarse con el vaivén de los cuerpos, mientras la noche dejaba ver una luna llena coronada de un majestuoso halo plateado.

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