Definiciones

Era un que-se-yo que le producía un no-se-que. Esas eran las palabras precisas para el momento. Mientras la miradas se cruzaban y el cariño y el deseo los carcomía.
Un profundo que-se-yo que los hacía perder la noción del tiempo y del mundo que los rodeaba. Un no-se-que que les llenaba el rostro de sonrisas infantiles y soñadoras.
Un que-se-yo y un no-se-que, que juntos, solo podían traducirse como amor.

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