Final

Imagen obtenida de aquí
Has luchado toda tu vida y aún te falta muchos años más. Se te pone el camino cuesta arriba una y otra vez, para luego alcanzar un periodo de estabilidad, incluso felicidad. ¿Porqué desfalleces ante una que otra piedra en el camino? ¿Porqué te dejas vencer por un minuto de dificultades? Eres fuerte. Mucho más de lo que piensas. Mucho más de lo que eres capaz de dimensionar. Pero nunca mostrarás esa fuerza con tu actitud actual. ¿Desfallecer? ¿Acobardarte? ¿Rendirte? Creí que no conocías esas palabras. Creí que podías pasar, una vez más, fácilmente por todo esto. Creí que sabrías enfrentar estas situaciones y no echarte a morir. ¿Es que acaso aún no creces? ¿es que acaso sigues siendo el mismo niño de pecho que eras hace tantos años atrás? ¡Crece! ¡Conviértete en el el hombre que estás destinado a ser! Puedes llorar, puedes estar triste, pero no tienes permitido rendirte, no tienes permitido tirar la toalla. ¡Nunca!

El aludido le miró directamente a los ojos y mantuvo la mirada unos segundos. Se volvió para ver el entorno que le rodeaba y sin más, una lágrima resbaló por su mejilla.

-Alguna vez -comenzó a decir- pensé en rendirme, en arrojar la toalla, en un "no más". Estaba cansado. Tenía miedo. Aún hoy lo tengo y sé que nunca se irá. El miedo está siempre, en distintas formas. Pero en un momento comprendí. ¿Cansado de qué?, me pregunté. ¿De vivir? ¿de disfrutar? No, nunca estuve cansado. Solo buscaba excusas para no hacer lo que sabía que tenía que hacer. Quería rendirme sin intentar nada. Sin siquiera esforzarme. Tengo que seguir creciendo, lo tengo claro. Tengo que seguir aprendiendo muchas cosas más y maravillándome de tantas otras. Y en ese proceso, mi alma y mi ser evolucionarán. Volví a cambiar. Y no será la última vez.

Las palabras siguieron resonando unos segundos antes de apagarse. Una sonrisa se esbozó, a un mismo tiempo, en ambos.

Al fin me haces sentir orgulloso de mi mismo.

Fue la última vez que lo volvió a ver.

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