Circunstancias

Había podido ver esa mirada una y mil veces.


No se parecía en nada a las otras cientos, miles, millones de miradas que había visto a lo largo de mi corta vida. Tenía ese algo que indicaba un dolor enorme. Tenía ese que se yo, que mostraba un deseo de vivir que llegaba a dar miedo. Incluso demostraba una experiencia gigante, a pesar de que sabía, que no había recorrido una vida con tantos altibajos. Se le podría haber llamado una mirada profunda, si no fuera porque precisamente esa palabra, parecía quedar pequeña, pero al mismo tiempo parecía englobarla perfectamente.

Cuando, aquel día de invierno, esa mirada se me mostró inquisitiva y vacía, casi desprovista de sentimientos, no supe que pensar. Un sin numero de sensaciones se presentaron, luchando entre ellas para ser la primera en ser tomada en cuenta. Hasta que fue muy tarde, no repare en que en el fondo, y sin ningún animo de ser encontrada, se hallaba aquel sentimiento que me habría terminado de abrir las puertas del motivo de esas miradas. Aunque bien es cierto, que en dicho instante no habría sabido interpretarle por mucho que lo hubiera notado.

Después de aquel día, me quedé pensativo por semanas, sin comprender que es lo que me tenía desganado, sin entender que era lo que aquellos ojos habían querido decir.

Tras una breve llamada de quien poseía aquella mirada, algo se resolvió en mi interior. Fue en ese momento en el que observé a aquel sentimiento que había ignorado por semanas. Se podría decir también, que fue en realidad en dicho instante, en el que fui conciente de algo que siempre supe. No, no lo puedo negar. En ese instante sentí terror.

Si es que algún día llego o no, a resolver porque sentimos las cosas como las sentimos, da igual. Incluso conociendo la respuesta, habría sido inevitable sentir miedo en esa ocasión. Ahora, muchos años después de lo ocurrido, comprendo que es imposible vivir sin el, pero en ese tiempo era un niño -no literalmente hablando tampoco- que quería crecer, sin desearlo. Si hubiera comprendido antes todas las implicancias de mis actos, quizás habría podido enmendar mis errores a tiempo. Y es que es inevitable sentir terror de lo que pasará, cuando por miedo a dañar a quien es más importante para ti, terminas dañándole igual...

One thought on “Circunstancias

  1. ...es imposible no dañar... ni ser dañado..
    alguien me dijo eso...
    o no?

    ResponderBorrar