Kadras: Relatos sobre el Pasado

"Cuando el tiempo aún no comenzaba, los Dioses decidieron que necesitaban poblar este mundo de criaturas poderosas, únicas en su tipo, inteligentes y longevas, capaces de guiar a Kadras en su totalidad hacía el camino trazado por ellos, ya que sabían que, en el futuro, su existencia en esta realidad no debería conocerse -dijo el Gran Sierpe, con aquel suave y poderoso tono de voz, que más que oírse, daba la sensación de simplemente aparecer en los recuerdos de todos, como si siempre hubiera existido ahí-. Para ello, decidieron darle a dichas criaturas el poder de elegir sobre su propio camino entre el bien y el mal, además de una afinidad especial hacia el mundo, permitiéndoles tener tanto una asociación entre dichas criaturas y alguno de los elementos mundanos, como también, tener una cercanía importante con el Dios Deseo. Esas jóvenes criaturas somos nosotros, los Dragones, pero pronto se vio que estábamos lejos de ser criaturas capaces de guiar al mundo. Quienes siguieron el camino del bien, se volvieron engreídos al pensar que nada malo les podía pasar. Sin embargo, una dañina semilla germinó entre ellos, y al crecer, trajo uno de los pesares más grandes que recuerda nuestra manada, que logramos contener a costa de estar cercanos a desaparecer.

"Los Dioses, quienes aún no se retiraban del mundo, al ver cómo esto casi logra destruir todo lo que con esfuerzo habían creado, decidieron crear unas criaturas con un poder de comunicación con Deseo algo menor, mezclando en ellos el bien con el mal. Así, pensaron ellos, no existiría nunca nadie capaz de lograr un poder como el alcanzado por aquella maligna semilla de antaño, pero al mismo tiempo, esa dualidad los haría más poderosos. Fue entonces cuando, tras ser enviados a Kadras aquellos seres que ahora reciben el nombre de 'hombres', los Dioses se retiraron del mundo y los dejaron avanzar a sus anchas, pero sin abandonarlos por completo.

"Fue trágico, aún más de lo sucedido anteriormente. Quizás Padre Destino habría podido preveer el daño que había nacido en ese momento, pero no le prestó atención a tiempo a lo que sucedía en Kadras. No comprendió hasta muy tarde el real poder que nos había dado a nosotros, y eso fue lo peor que pudo ocurrir...

"De las Grandes Batallas que habían ocurrido en un pasado distante, incluso para nosotros, habían quedado muchos remanentes y heridas sin sanar. No obstante, nadie habría creído que el poder de quienes habían sido derrotados había aumentado tanto, y menos, que el Dragón Plateado tuviera una fuerza incluso mayor que la que estaba en los relatos de aquellos pasados días -dio un ligero suspiro como si estuviera reviviendo todo lo que había sucedido, y sin dejar de mirar a Livser, continuó-. Pero así era. Y cuando Kadras disfrutaba del período más floreciente en toda su historia, ocurrió lo inevitable. El mundo fue consumido por las llamas del odio, la traición, el desprecio y por sobre todo, el poder...

"Tras ese momento, nada volvió a ser igual en aquella tierra regalada por los Dioses. En ese entonces, nadie pudo hacerle frente. Ni siquiera el Gran Sierpe anterior, quien fue asesinado por el mismísimo Plateado, antes de la Gran Caída. Kadras fue envuelto en un daño enorme, y sólo unos pocos dragones y humanos lograron sobrevivir a toda esa destrucción.

"Fue la suerte quien quiso que, con un poder tan inconmensurable, el cuerpo del Dragón Plateado fuera excepcionalmente débil. Tras cien años de gobierno, falleció, permitiendo a todos quienes habían vivido bajo la sombra de sus alas y garras, recuperar la tierra que se les había arrebatado.

Sin embargo, de todos los problemas que habían ocurrido tras la ascensión y posterior caída del Plateado, se descubrió pronto, que su muerte no había sido el verdadero final de todos los problemas. El Dragón Plateado, el más grande de todos los Dragones que han vivido en este mundo, había encontrado una forma de reencarnar. Al descubrir esto, los Dragones, en conjunto con los Dioses, decidieron irse de Kadras y situarse en un mundo intermedio entre Kadras y los Dioses, para evitar la destrucción de todo cuanto existía, ya que pensaron que el Plateado sólo se reencarnaría en un cuerpo Draconiano. Entre los humanos, esos poderes fueron llevados al olvido y tan solo unos pocos decidieron retenerlos a pesar de todo, como una forma de mantener el legado que había sido heredado tanto desde los Dioses como de nosotros.

"Nosotros nos distanciamos lentamente de Kadras, resguardando el único paso entre los dos mundos. Unas cuantas generaciones humanas después de nuestra partida, una pareja logró reunir el poder necesario para que Deseo los escuchara y diera origen al tiempo, tal como ustedes lo conocen, a costa de sacrificar sus propias vidas. Desde ese instante, la afinidad con el Dios Deseo, comenzó a debilitarse más y más en Kadras. Sólo los descendientes directos de aquella pareja pudieron mantener de alguna forma un enlace directo con sus poderes naturales

"En ese momento, decidimos irnos de una vez por todas de Kadras. No podíamos vivir en un mundo que no requería ese poderío. Había sido la forma definitiva de alejarnos, para siempre. Con esa acción, creíamos que todas las razas estaban a salvo, que la vida de todos estaba asegurada hasta la llegada del fin de los tiempos, pero al parecer, nos equivocamos por completo".

El silencio se hizo dueño de la escena, en un ambiente tenso, que indicaba lo que todos sabían, mas nadie había querido pronunciar.




pd: Agradecimientos a mi amiga Natty, que me ayudó a arreglar algunos vacíos y reiteraciones innecesarias x3!...
pd2: La imagen es de aditya777, visitenla ;)

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