Miro a mi alrededor y nada hay.
Tan solo una vaga silueta de algo (¿o alguien?) que no logro identificar.
Los sonidos ausentes llenan el espacio que me rodea con un estruendoso silencio que me hace sangrar los oidos.
El aroma penetrante de la nada hace su presencia, embargando mi alma de pena, de tristeza, de soledad.
Lentamente la silueta se desvanece.
Rapidamente todo queda en blanco.
Tranquilamente, vuelvo a ser solo yo...
Alteradamente mis pensamientos fluyen en una unica direccion.
Solo una unica direccion.
24 de Febrero de 2009