Bajo la Luz de la Luna

Miro tu silueta acercarse, contoneandose suavemente de un lado a otro. Observo tus ojos que no se despegan de mi, como queriendo decir "ven, abrázame y no me dejes más".

Llegas al frente mio y te inclinas lentamente, haciendo que tu babydoll baje, dejando entrever la figura de esos pechos hermosos que me pertenecen.Me besas la frente con cariño y te levantas nuevamente.

Te giras y, con el movimiento, dejas entrever aquella hermosa tanga negra que te compré hace unos meses. "Deberías dejar de comprarme ropa", recuerdo que me dijiste aquella vez, con esa típica sonrisa coqueta tuya, que más que un regaño, parecía más una invitación a recorrer tu cuerpo, a perderse en el aroma de tu piel.

Siento tu mano en mi rostro.

"Ya estas soñando otra vez, cariño", te escucho reír y me giro para notar que ya estas acostada, esperándome como siempre lo has hecho. "Perdón, tan solo recordaba cosas", me escucho decir y, acto seguido, entro a la cama abrazándote por la espalda, y recorriendo tu vientre, mientras me apego a ti.

"Te amo" dices en un suave susurro.

Y eso me basta para saber que esta noche, al menos, no nos dedicaremos a dormir.