Texto 45 (Fin)

Incertesas seguras...

Llego...

Comienzo a esperarte, mientras los minutos avanzan lentamente.

Con lentitud, la calle se comienza a llenar de vida, transeuntes, vehiculos, vendedores.

Veo el reloj, y noto que llevo casi una hora esperandote. En ese moemento me doy cuenta que me siento triste, aunque sé que no es por esperarte, e intuyo el verdadero motivo.

Observo a la multitud que camina sin rumbo, y entre sus turbulentas aguas, te observo buscandome. Siento que mi tristeza aumenta, y caigo en cuenta que acabas de llegar.

Me comienzo a acercar a ti, con paso lento, pero firme; aunque mi corazón se comienza a acelerar, como la primera vez que te vi. Nuestras miradas se cruzan, tu semblante se ilumina mientras te encaminas hacia mi, y yo te muestro una fria sonrisa que no adviertes.

Cuando llegas junto a mi, me abrazas por debajo de mis brazos como buscando protección, y me dices cuanto me extrañaste, cuanto me amas. Luego, pasas tus manos a mi cuello, yo te abrazo por tu cintura, y me besas.

Te percatas que no te lo devolvi y me preguntas que es lo que me pasa. Te tomo la mano para ir a un lugar menos concurrido donde sentarnos y conversar. Tú, aun sorprendida, te dejas llevar por mi.

Te siento en la primera banca desocupada que veo y me coloco a tu lado. Me preguntas nuevamente que ocurre, y lentamente empiezo a contarte todo. Comienza a desaparecer el nudo que tenía en el estomago, en un principio, a medida que te digo lo feliz que fui contigo, lo bien que me haces, lo que disfrute todo este tiempo.

Finalmente, te digo que tenemos que termianr, que no debemos estar más juntos, y tus sospechas se confirman. Tu rostro denota tu profunda tristeza, pero no dejas que ninguna lagrima caiga. Siento una puntada de pena, en mi corazón, pensanod en como lloraras esta noche, pero intento apartar ese pensamiento, aunque infructuosamente.

Cuando callo, me observas en silencio y asientes en silencio. Sé que no puedes hablar por el dolor. Te devuelvo las cosas que me habias pasado y me levanto con la intencion de volver. No aguataba ver tu rostro entristecido y tu silencio.

Me detienes y, con esfuerzo, me pides una última cosa. Te miro y te pregunto que.

- Un beso, tu último beso - dices, tu voz se quiebra y una lagrima resbala por tu rostro pero retienes el resto.

Te miro, y a pesar que no estoy mejor que tú, sigo sin demostrar mi pena.

Nos besamos con pasión durante unos minutos y cuando me separo de ti, noto tus ojos empapados, y me giro, ya de pie, dandote la espalda.

- Adios - digo sin mirarla, y noto el flaqueo de mi voz y una lagrima acariciandome la mejilla.

Sin esperar respuesta, comienzo a caminar.

Y me voy...

21 de Agosto de 2006

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