Texto 47 (Hija)

Esperas inutiles...

Una llamada... tan solo, una llamada.

Suena el teléfono, y extrañado, contesto.

Una voz, suave, casi angelical, pronuncia temblorosa, mi nombre. "¿K...?" susurra de manera casi inaudible, y asiento.

Algo raro noto en tu voz, lo sé; a pesar del tiempo que ha pasado desde la última vez que la escuche, a pesar de quye ya casi no conversabamos.

Siento un sonido extraño, y cuenta me doy que estas llorando, e intento apaciguar esas lagrimas que te aquejan.

Me cuentas entre sollozos lo ocurrido, y agregas un "Disculpeme por molestarlo".

Recuerdo el día en que te conoci, y aquella niña tierna que añoraba, sale a la luz y te digo "no te preocupes... yo aun te concidero mi hija". Un dolor, producido por tu tristeza, me llaha al fondo del corazón, y ardo en deseos de estar a tu lado, abrazandote, acompañandote en tu sufrir, consolandote.

"Disculpeme, me siento muy mal, y no sabía a quien más llamar".

¿Disculpar?, ¿qué es lo que he de disculpar? Más bien, las gracias te doy, niña querida, por haber confiado en mi..., pienso para mi, pero no son palabras que pronuncio.

Finalmente cortas, y me dejas sin tu voz una vez más, y comienzo a escribir algunas lineas, para desahogarme, sobre una llamada... tan solo, una llamada.

25 de Septiembre de 2006

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