Texto 54

Sueños de eterna duración

Suena el movil, y no es necesario ver quien llamó.

Marco aquella secuencia que aún no logro aprender, y espero.

Un tono.

Contengo la respiración al darme cuenta de lo que hice casi automáticamente.

Un segundo tono.

La expectación aumenta, esperando escuchar tu voz de niña pequeña al otro lado.

Un tercer tono, que es interrumpido y más intuyo que escucho tu voz pronunciando un hola, casi inaudible, e inmediatamente me percato de lo que pasa, de lo que temi que ocurriera durante todo el día, mas aún asi, no logro evitar pronunciar, estupidamente, "¿estás llorando?".

Siento como se forma un nudo en mi estomago, y siento la necesidad imperiosa de estar a tu lado, de abrazarte, de mostrarte que puedes contar conmigo, de cobijarte en mis brazos, que te desahogues en mi hombro porque sé que lo necesitas, por mucho que lo evites.

Y mientras conversamos e intento encontrar la forma de ayudarte, que no logro hayar, una vaga sensación de felicidad me embarga. Aquella niña que me dijo núnca pedir ayuda, se acerco a mi a pesar de todo, a pesar de tu cara triste, y eso logra aumentar el cariño que ya sentía por tí, bebe.

Extrañamente, a pesar de como estás, te escucho decir que: "Mire hacia afuera, hacia las estrellas, y me di cuenta que no todo es malo en la vida", y, te he de decir, que casi me haces llorar, al escucharte con esperanzas a pesar de como estás.

Pero todo, así como tiene un inicio, tambien tiene un final, y te escucho despedirte, casi como si no te pudiera ver más, y aquello, me duele, porque a pesar del tiempo, generé una pequeña (?) dependencia hacia ti.

Y termino despidiendome, con la esperanza de poder saber de nuevo de ti pronto, ojala...

25 de Diciembre de 2007

Leave a Reply