Bajo la Luz de la Luna

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Llega el día, y ya nada puedo hacer… salvo esperar…

Una sombra se aproxima donde estoy; me vuelvo, y estas ahí, tan sonriente como siempre, pero con un mirar melancólico, te saludo con una sonrisa, pero noto que tampoco estoy mejor… y estas a punto de hacer la pregunta que no deseo contestar, llegan los demás y me salvo…

Como por si extraño fuera, el día se escabulla como agua entre los dedos, la empieza a menguar y todos pensamos en lo mismo… te despedirás, un abrazo, unas palabras para cada uno y te iras… con los ojos llorosos, pero con paso firme, no voltearas… por que prometiste no llorar… y cuando llega el momento… recuerdo mis pensamientos, y sin quererlo yo…, una lagrima se escapa, rueda por mi rostro y cae… te percatas, y te tratas de contener, pero en vano…

Finalmente me doy cuenta que las palabras sobran, ya no hay necesidad, tu y yo nos entendemos como si lo mismo pensáramos, y realmente es así.

Ese pequeño instante me basta para comprender que somos amigos sin importar ni donde, ni cuando, ni como… simplemente lo somos y de ello me alegro.

Te despides y todo es casi como lo imagine, un abrazo, unas palabras para cada uno y te vas…, con los ojos llorosos, pero con paso firme y cuando creo que todo será igual… te volteas, levantas tu mano y la agitas… por suerte… todo fue así…