Texto 2

Todos los cambios tienen un motivo... ya sean para bien o para mal.

Ya no puedo evitarte, cada vez me cuesta más olvidarte, no evocarte, ignorarte, y duele, duele muy profunda la herida curtida por el tiempo, por tu lejana cercanía, por su superficial profundidad. Cuesta dejar de soñarte, cuesta. Mis sentidos se engañan contigo, y te imaginan en las hermanas, las amigas, las conocidas... y tu imagen, un halo de majestuosidad le otorga a todas, como si fueses la cepa del vino más sabroso, la esencia del perfume más grandioso.

En mi ya no vivo yo, me he convertido en un templo tuyo, mi corazón ya no se sostiene, solo funciona por ti…, mi sangre, hasta tu forma adquirió.

Intento olvidar, pero aquello me es imposible; tu aroma en mi nariz, tu voz en mis oídos, tu figura en mis ojos, tu pelo en mis manos, tu boca en la mi…; nada puedo hacer ya, solo sentarme y recordar… todo aquello… que soñé de ti… que pensé para ti… que desee… por ti.

17 de Septiembre de 2004

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