Texto 11

Hay tanta gente... y de toda esa gente... hay tanta q solo piensa en su propio bien sin siquiera llegar a preguntarse por la persona q tiene al frente... y que dice es su amiga....

Un breve lapsus, solo un breve lapsus puede ser la diferencia entre la vida y la muerte; y es en contra de ese lapsus por el cual nos enfrentamos al día a día, rasguñando cualquier espacio recóndito en el cual asirnos… por que inconscientemente conocemos aquella diferencia.

Como animales enfrentados a la realidad… por un lado, una llanura verde, con árboles aquí y allá, flores… en fin, hermosa; y por el otro, un desfiladero sin fondo, oscuro, sombrío…; y tercamente vamos de aquí a alla por un borde no más ancho que nuestros pies tambaleando, de un lado al otro y como animales, tropezamos, si salvamos, nos levantamos y seguimos; pero como humanos caemos en el lugar, y nos levantamos, y vuelta a caer y vuelta a pararse… en vez de ir por la llanura, nos divierte el peligro… y se entiende…; y vuelta al borde, pero ese breve lapsus sigue ahí… presente, amenazando, acechante.

Y cuando finalmente, agotado por las vueltas de la vida, caigo, cae, caemos, hacia el desfiladero todo lo conocido se acaba. Mas aún no siempre es así…, y de tantos traspiés, se puede caer al lado equivocado y terminar (¿o empezar?) este ciclo continuo de vida y muerte.

En ocasiones pienso si no seria mejor opción desear la muerte a la vida y no encuentro una buena solución… solo se que hay que darle tiempo al tiempo y vivir cada ciclo como si fuera el único, después de todo, no se puede volver de lo que llamamos muerte

11 de Julio de 2005

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